NECEDADES QUE NUNCA OLVIDAMOS…


Christmas 2005
Image via Wikipedia

Definitivamente en épocas de vacaciones prendo el espejo retrovisor. Hoy por ejemplo, después de leer el artículo de Margarita Londoño Vélez en www.kienyke.com acerca de cómo han cambiado las celebraciones de Semana Santa, sentí nostalgia por un lado pero por el otro recordé tooodas las necedades que hacíamos. Recuerdo un viernes santo en el que mi mamá nos dejó ir, a ella  y a mí, para el parque con la condición de no bañarnos en la piscina  y con tal de que nos dejaran ir aceptamos, aunque no de muy buena gana. Justo antes de salir y como para rematar Lola, la empleada, nos dijo: -Señoritas no se les olvide que el que se baña en viernes santo  se vuelve sirena.-

En cuanto llegamos y vimos a todos los amigos jugando en el agua la  envidia se apoderó de nosotros. Nos sentamos bajo un árbol a verlos jugar  y a refunfuñar : -Mhhh fulanita sí es muy mala tirando la pelota; seguro que si estuviera en la piscina yo lo hubiera hecho mejor.

-Yo soy capaz de atravesar la piscina de lado a lado por debajo del agua-, aseguré yo. Un largo silencio acompañado de risitas. Finalmente dijo Margara:  -Si nos sentamos en la piscina y metemos los pies no es lo mismo que nadar dentro del agua ¿cierto?

– Tienes razón- le contesté. Dicho esto las dos nos levantamos de un brinco  y nos fuimos a sentar al borde del agua y a meter los pies.

-¿Qué les pasa que no se meten?. Vengan, ¡el agua está deliciosa!- Nos gritaban los amigos agitando sus brazos. Miré mis piernas y le dije a mi prima: si lo de volverse sirenas fuera verdad, no crees que ya debíamos tener escamas en las piernas? Pues claro contestó mi prima y añadió: y los que llevan tanto rato ahí metidos ya serían sirenas, ballenas, de todo. Y entonces esto no sería piscina sino acuario dije yo. Ja Ja   Ja ja ja  y con esta carcajada nos tiramos al agua con ropa pues no habíamos llevado vestido de baño.

Sobra decirle que  jugamos y gozamos toda la tarde. Cuando ya todo el mundo se empezó a salir para regresar a sus casas nos dio un ataque de pánico. Nos salimos de la piscina con la ropa emparamada y la conciencia alborotada, mi Pepe Grillo decía desobedeciste, sentiste envidia, dudaste de tus mayores.  y estoy segura que la conciencia de Margara, a juzgar por su cara de remordimiento,  también la estaba regañando.

-Y ahora ¿qué vamos a hacer?- dije preocupada -y si Lola tenía razón y uno se vuelve sirena DESPUÉS de haberse bañado? y  si mañana amanecemos con escamas? y, y , y ….

Al borde de las lagrimas Margara dijo: – Ya sé HAGAMOS PENITENCIA .

-Y cómo se te ocurre a ti que hagamos la penitencia si eso lo que ponen los curas cuando uno se confiesa y de eso no sabemos nada- respondí.

Tranquila- me contestó  y añadió – yo sé que uno también puede hacer penitencia pues oí a la a tía Ligia diciéndole a mi mamá «Hermana pues ayune hoy  que eso le sirve de penitencia por no haber visitado monumento»

– A bueno pues si tu lo dices- le contesté dudosa pero como yo no tenía nada que aportar me tocaba aceptar la propuesta de mi prima.  Es muy fácil nos vamos descalzas hasta el campo de golf por la carretera destapada que hay cerca a los rieles del ferrocarril. Dicho y hecho nos quitamos los zapatos y empezamos nuestra caminata del perdón. Después del sacrificio que esto nos representó llegamos al campo de golf sintiéndonos santificadas, no hacíamos milagros de pura pereza. Y como según nuestro parecer Dios ya nos había perdonado, no le teníamos que contar a mi mamá porque como Dios la mandaba a ella….

Ahh tiempos aquellos en los con una sola caminata hacíamos BORRÓN Y CUENTA NUEVA.  Felices Pascuas

Publicado por Olga Lucía Vélez Sierra

Soy Orientadora Familar, Licenciada en Montessori y he trabajado con niños y niñas durante toda mi vida profesional. Me encanta cocinar, leer, escribir, admirar lo bello del mundo y compartir todo lo anterior.

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