Hoy , en mi 38avo día de la madre , quiero rendirle homenaje a mis hijas pues al fin de cuentas nos ganamos “el titulo” el mismo dia, porque ser mamá es la única profesión en la cual la dan a uno el titulo sin siquiera haber empezado la carrera. Me parece muy difícil hacerlo sin ser cursi, sin que ellas tengan que decir ¡ QUE PENA MAMI¡ pero al menos voy a intentarlo.
La verdad es que siempre fui como Susanita , la de Mafalda, que quería casarse y tener montones de hijos. Quería también, valga la aclaración , ser la primera neurocirujana que hiciera un trasplante de cerebro, ser rectora de colegios, escritora y madre superiora . Y como quería hacer taantas cosas pues empecé rápido y me casé a los 18 años y justo después de cumplir el primer año de casada nació nuestra primera hija Lina , al siguiente Maria ( q.e.d), después nació Angie y luego Pili y me convertí en una mamá feliz.
Siento que soy la mamá más afortunada del planeta porque gracias a mis hijas he tenido la oportunidad de comer huevos rosados con azúcar, de oír miles de veces el verso de La niña negra que dice : ” … y un collar de cuentas rojas que vueltas le daba al cuello…”, de usar pulseras hechas de macaronis. Con ellas me he reído, he llorado, he aprendido; he sido osada y aventurera, maestra y alumna. He gozado, me he sonrojado y me he cuestionado. Solo ellas han logrado arrancarme lágrimas de emoción, solo por ellas he sentido arrozuda el alma.
Mis hijas me dieron la mano mientras les decía el último adiós a mis padres y cuando cerré las puertas de la casa materna. Cuando después de vieja resolví estudiar, me ayudaron con tareas, me dieron ánimo y fueron a mis grados. Han estado a mi lado cuando he ocupado cargos importantes y cuando he estado desempleada. En cada locura que he emprendido me han apoyado, me han ayudado, me han animado. Han sido compañía, amigas, cómplices, maestras y enfermeras . Y como si esto fuera poco: ME HICIERON ABUELA.