Qué por qué estoy enamorada de Risaralda?


¿Qué por qué estoy enamorada de  Risaralda?

 

 

 

Pues…

Por los mangos y las piñas;

por el kumis con almojábana,

por los pandeyucas y el chontaduro;

por los chorizos, las arepas y la lulada;

 

Por el café con buñuelo,

por las guamas y  los zapotes;

por los bananos, los sorbetes y la guanábana;

por el rollo rosado,  la paleta de agua y el sancocho de gallina enterrada;

 

Por las orquídeas entre los guadales;

por los guayacanes y los Urapanes;

por la veraneras, el jazmín de olor, y los cafetales.

 

Por las chapoleras y las tejedoras de seda; Por las costureras y por las artesanas;

por los que ya se fueron y no volvieron,

y por los que todavía nos acompañan;

 

Por los trapiches y las moliendas;

por el sirope, por el guarapo;

por la melcocha, por la panela,

el arequipe y las cocadas;

 

Por la bangsia del Tatamá,

por el petirojo y el barranquero;

por las loras, las guacamayas,

el siriri  y el tominejo.

 

Por el pasillo, por el bambuco, por el baile del sopinguero;

por el de la caña, por el del machete

y también por el bolero;

 

Por los páramos, por los ríos, por las aves del cerro batero;

por los bosques,

por el nudo y el cucarachero

 

Por las risas, por los cantos; por los olores y los colores

y por las nubes anaranjadas que en las tardes

Adornan el cielo con arreboles.

 

Venga a Risaralda venga yo lo invito

Venga y  nos tomamos un “algo parviao” con un chocolate, un “pintao” o un tintico

 

 

Publicado por Olga Lucía Vélez Sierra

Soy Orientadora Familar, Licenciada en Montessori y he trabajado con niños y niñas durante toda mi vida profesional. Me encanta cocinar, leer, escribir, admirar lo bello del mundo y compartir todo lo anterior.

4 comentarios sobre “Qué por qué estoy enamorada de Risaralda?

  1. ¡Que belleza de poema!
    Extraño todo: su gente, su permanente sonrisa y amabilidad; mi casa, el olor del jazmín y definitivamente: el «algo parviao».
    Abrazos.

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